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Andrea Stahl: Pasión por el acero como apellido

Schweißkünstler

Miremos donde miremos, nos damos cuenta de que la soldadura forma parte de nuestra vida cotidiana, ya sea en la piscina, en la construcción o en la agricultura. Sin embargo, también puede ser una expresión artística, un oficio con innumerables posibilidades para convertir lo cotidiano en extraordinario. Andrea Stahl también persigue este objetivo. La artista suiza crea obras de arte de soldadura para ganarse la vida, así como muebles que no se pueden encontrar en ningún otro sitio. Nuestro artículo del blog revela cómo son, qué entiende ella por «arte útil» y a qué se debe su apellido «Stahl», o «acero» en alemán.

El apellido Stahl: ¿Plan o destino?

Con diferencia, la pregunta que más le hacen a Andrea Stahl es acerca de su nombre. Lo que parece un seudónimo es en realidad una afortunada coincidencia. «Asistí a un curso de soldadura a los 19 años y trabajé con acero por primera vez, pero lo que no esperaba era que mi apellido fuera a convertirse en mi profesión», dice Stahl, siempre sorprendida y contenta por este «maravilloso marketing«.

Durante nuestra conversación, era evidente que quien habla de su trabajo con tanto cariño y pasión, hace tiempo que encontró su vocación. «Para mí no es trabajo», es una idea que la motiva día tras día en su arte. Stahl es soldadora desde hace 30 años y está totalmente satisfecha con su trabajo.

Del lago al taller

Conduce su autocaravana hasta el lago Hallwil, rodeado de una naturaleza impresionante, y luego vuelve al taller para soldar. Así es la vida cotidiana de Andrea Stahl. Para ella, crear arte con la soldadura representa un poco de libertad, pero detrás hay años de trabajo y también un plan B, que le aseguró los ingresos necesarios: ganarse la vida con el arte de la soldadura nunca fue lo normal. Comenzó el camino que la convertiría en artista a través de cursos de soldadura, que ya estaba impartiendo con 20 años. «Mi primer curso de soldadura me enganchó de inmediato. Apenas un mes después, yo misma estaba dando clases», dice Stahl, recordando los inicios de su carrera como soldadora. Por aquel entonces, solo conocía los aspectos básicos del oficio, pero pronto aprendió más y pudo enseñar a otros.

También empezó a soldar sus primeros objetos, abriendo la puerta al arte de la soldadura. «Mi lema es aprender haciendo. Me gusta aprender, probar cosas nuevas y ser creativa. Nunca me propuse tener que ser capaz de hacerlo todo. Simplemente tengo que seguir adquiriendo conocimientos y experiencia, y tener más conocimientos y experiencia que la gente que acude a mí y quiere aprender el oficio. Al soldar mis obras, fui adquiriendo rápidamente experiencia en soldadura y me alegraba poder transmitirla», dice Stahl.

Mujeres aprendiendo de mujeres

En cuanto a los cursos de soldadura, Stahl se especializó rápidamente en un grupo objetivo específico: las mujeres. La plazas para estos cursos se solían agotar y eran un gran éxito para la artista. «Me he dado cuenta de que a las mujeres les gusta aprender de otras mujeres cuando se trata de soldar. En total, creo que he enseñado know-how sobre soldadura a cientos o miles de mujeres, y mi atención se centró mucho en la creatividad y el arte. Muchas de ellas pasaron a trabajar por cuenta propia o simplemente descubrieron la soldadura como hobby», explica Stahl, y añade: «En los cursos mixtos, observé que, en realidad, las mujeres eran mejores que sus compañeros en casi el 80 % de los casos. Trabajaban con más atención al detalle, eran más rápidas y resolvían las tareas de soldadura con mayor facilidad».

Trabajo en equipo que une

Además de sus cursos de soldadura, Stahl suele organizar actividades en equipo, aunque estas han disminuido considerablemente desde la pandemia del COVID-19. Se trata de jornadas en las que los empleados de una empresa trabajan juntos con soldadura MIG/MAG y en un objeto específico, por ejemplo, una escultura. Estas son un tipo especial de trabajo en equipo que ofrece espacio para la creatividad fuera de la oficina.

En una especie de curso intensivo, enseñaba a los equipos cómo sujetar la antorcha o qué deben tener en cuenta al soldar. «A veces había grupos de hasta 200 personas trabajando juntas en el taller o al aire libre. Para muchos, este oficio era completamente nuevo y fue estupendo ver cómo creaban algo juntos en solo unas horas. Eran completamente libres y podían elegir por sí mismos lo que querían crear. Hacía de observadora y de apoyo cuando se necesitaba mi consejo», dice Stahl, recordando las últimas clases.

Soldadura y arte: ¿Por qué esta combinación?

Stahl siempre fue una hábil artesana, pero finalmente encontró su pasión en la soldadura, que combinó con su amor por la creatividad. Para Stahl, lo que hace especial al arte de la soldadura es su rapidez: «Dependiendo de la complejidad de un proyecto, puedo trabajar en obras durante días o semanas. Pero de vez en cuando voy al taller por la mañana y tengo un mueble listo por la tarde. Veo resultados rápidamente, lo que me motiva mucho. Crear algo en poco tiempo que además sea estable me inspira día tras día».

Para la artista, soldar también significa ligereza, una idea que quiere transmitir en sus obras: «Quiero que lo pesado parezca ligero y por eso siempre incorporo el aspecto de la permeabilidad en mis obras. Me fascina poder utilizar el acero o el metal para crear objetos pesados y estables, pero que parezcan ligeros», dice Stahl para explicar su visión artística.

El aspecto de la permeabilidad es muy importante para Stahl en sus obras de arte.

El arte de la soldadura como medio de vida

Ya sean hogueras, sillas o lámparas, la combinación de «belleza» y «funcionalidad» se refleja en cada uno de sus artísticos muebles. Ella lo llama «arte útil», y siempre se asombra de las posibilidades que ofrece la soldadura.

En cuanto a su especialización en muebles, esta se debió exclusivamente a sus gustos particulares: «En aquella época no me gustaba ningún mueble. Ya fueran camas, sillas o mesas, nada me convencía. Por eso decidí fabricarlos yo misma. A otras personas también les gustó, y así fue como me metí en el diseño y todavía me encanta la combinación de belleza y funcionalidad».

El arte con soldadura como medio de vida es la pasión de Stahl.

Con el remolque hasta París

Presenta sus obras en exposiciones de jardinería y diseño en Suiza, y ahora también en Francia. «El contacto directo es muy importante para mí, por eso no tengo tienda online. Creo que hay que presentarse como artista y hablar con la gente en persona. Es algo que necesito y estoy segura de que este es el camino adecuado para mí», resume Stahl.

En sus exposiciones, sus elegantes objetos de fuego, en particular, son fuente de admiración y se han convertido en su especialidad. «Soy Aries, un signo de fuego. La soldadura también representa justamente estas cosas: fuego, luz, fuerza… Conceptos que también asocio con el oficio. Parece que no solo mi apellido hace referencia a mi profesión, sino también a mi signo del zodiaco», sonríe Stahl.

Aún más arte

¿Te fascina el arte de la soldadura? ¡A nosotros también! Por ello, en este blog te presentamos a otros artistas que sorprenden con una simbiosis de tecnología y estética. Por ejemplo, puedes leer cómo se sueldan esculturas de animales en nuestra historia sobre Rich Baker. No te pierdas nuestros futuros artículos de este tipo, pues demuestran que soldar es algo más que unir metales. Como forma de arte, cautiva a la gente, la invita a explorar otros puntos de vista y ofrecen un respiro en un mundo que gira cada vez más rápido, y que sería más monótono sin el arte.

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