Perfect Welding Blog
Welding Stories

Tatjana rompe estereotipos en ingeniería mecánica y artesanía

Frauen die Schweißen

Tatjana decidió cambiar la oficina por el taller. Tras un tiempo trabajando en una oficina en la que aprendió mucho y logró una amplia experiencia, llegó un punto en el que pensó: «No, esto no es a lo que me quiero dedicar, tengo que buscar otra cosa. Y así lo hizo. Dejó su trabajo en la oficina y empezó una formación profesional como Ingeniera Mecánica. En este artículo te contamos cómo han sido los primeros días de Tatjana en esta nueva profesión, qué ventajas considera que tiene como mujer en este ámbito y por qué mujeres como ella pueden ser clave para luchar contra la escasez de trabajadores cualificados.

Nacida para los trabajos manuales

«Estoy muy contenta de haber dado este paso», se dijo Tatjana el primer día de clase. En su anterior trabajo, pasar todo el día sentada en la oficina no era lo suyo. «Siempre he sido una persona ágil y ayudaba con todos los trabajos manuales en casa. En ese momento me di cuenta de lo mucho que me gustaba hacer este tipo de trabajos». A Tatjana siempre le ha impresionado lo que se puede hacer con distintos materiales, desde la madera hasta el hierro. «Tenía la ventaja de que era hija única, así que me llevaban a todas partes. Estoy segura de que mi padre y mi abuelo también han influido en la profesión que he elegido».

Un pequeño desvío en el camino hacia el trabajo de sus sueños

Según explica Tatjana, antes de llegar a ser Técnica en Ingeniería Mecánica pasó por el típico trabajo de oficina porque primero quería tener una formación «sólida». «En realidad, desde el principio sabía que me gustaba más la artesanía, pero primero quería probar con un trabajo de oficina por si al final no me gustaba tanto lo otro. Aprender a trabajar en una oficina me pareció lo más correcto en aquel momento», señala.

Tatjana, de 22 años, empezó su formación en administración a los 18 y la terminó a los 20. Después trabajó en este ámbito durante un año y, finalmente, empezó una formación profesional como Técnica en Ingeniería Mecánica. Como ya había cursado otra formación de lo habitual, en un año y medio en lugar de tres.

Una formación muy completa

Para Tatjana, la formación profesional como Técnica en Ingeniería Mecánica es apasionante y entretenida, ya que permite aprender sobre torneado, fresado, soldadura, metalurgia y otro tipo de actividades en el taller. «Un día estás torneando o fresando, y al día siguiente estás soldando o en el taller de metalurgia. Es una profesión muy versátil», afirma. Calcula que el porcentaje de soldadura en su profesión ronda el 40 %. Pero, según ella, siempre depende de lo que hagas y de dónde trabajes después de la formación. En un taller de metalurgia se suele soldar más que en una gran empresa, donde se trabaja principalmente con control numérico por ordenador (CNC, por sus siglas en inglés) y, por tanto, es más probable que se entre en contacto con el torneado y el fresado.

La soldadura como arte

A Tatjana le encanta poder desplegar toda su creatividad y dominar algo que no todo el mundo puede hacer. Lo que más le gusta de la soldadura es que le permite crear obras de arte y unir metales. «Siempre se crea algo, ya sea una barandilla o una obra de arte. Me fascina todo el proceso. Es emocionante, y al final se ven los resultados».

Dada su afición artística, no es de extrañar que le guste tanto la soldadura TIG. Tatjana crea auténticas obras de arte, desde flores hasta estrellas, tanto para ella misma como para sus familiares y amigos. «Disfruto mucho haciendo este tipo de trabajos porque no solo me hacen feliz a mí, sino también a otras personas. Una vez soldé una rosa para mi madre y una estrella por Navidad». Este tipo de proyectos suelen llevarle un día entero, pero Tatjana lo ve como un pasatiempo: «No me parece un trabajo y disfruto mucho haciéndolo».

A Tatjana le encanta dar rienda suelta a su creatividad cuando suelda y disfruta creando obras de arte como esta rosa.
Para hacer esta estrella se necesita aproximadamente un día.

«Imagen de muñeca» y los estereotipos de género

Todavía persiste la idea preconcebida de que algunas profesiones solo son para hombres, como es el caso de los trabajos artesanos y cualificados. Por ello, no es de extrañar que algunas mujeres tengan la sensación de que tienen que demostrar que pueden hacer lo mismo que sus compañeros para que se las reconozca.

También es el caso de Tatjana: «Espero que en algún momento se vea con normalidad que haya mujeres en este tipo de profesiones. Todavía tengo la sensación de que tenemos que demostrar que podemos hacer lo mismo que ellos, sobre todo al principio. Pero también es por la imagen que la gente tiene de mí». Tatjana es rubia, de poca estatura y delgada, por lo que, cuando la gente la ve por primera vez, no se imaginan que sea Ingeniera Mecánica. Esta «imagen de muñeca», como dice ella, hace que no la vean haciendo este tipo de trabajos. «Cuando tus compañeros vean que puedes hacerlo, no volverán a decir nada. Además, creo que vamos por buen camino. Llegará un momento en el que no importará si quien está soldando es un hombre o una mujer. Hasta entonces, tenemos que tener un poco de paciencia. Necesitamos que haya más mujeres en este sector».

En efecto, para Tatjana, las mujeres aportan un valor añadido a este sector. «Para mí, la soldadura no es una cuestión de fuerza, sino de paciencia y habilidad. He observado tanto en mis compañeras como en mí misma que tendemos a ser más hábiles con las manos que nuestros compañeros». De hecho, así lo confirma un estudio de la Universidad de Múnich, que descubrió que la habilidad de las mujeres con las manos era aproximadamente un 10 % superior a la de los hombres y la de los dedos, un 6 % superior.

«En general, creo que los hombres y las mujeres se complementan muy bien. Cada género tiene sus puntos fuertes, así que lo ideal en cualquier ámbito es una mezcla de ambos, también en este sector», concluye.

Las mujeres, clave contra la escasez de mano de obra cualificada

De las 18 personas que había en la clase de Tatjana, solo 2 eran mujeres, una cifra que demuestra la lentitud con la que se avanza en este ámbito laboral en lo que a la proporción de mujeres se refiere. Sin embargo, conseguir que más mujeres se interesen por este tipo de trabajos sería un posible “as en la manga” contra la escasez de trabajadores cualificados. Según una encuesta de la auditora EY, el 83 % de las empresas austriacas sigue teniendo dificultades para encontrar trabajadores cualificados.

Debería empezarse a combatir los clichés de género que existen en torno a ciertas profesiones desde la escuela. Asimismo, se están poniendo en marcha una serie de proyectos para ayudar a las mujeres a salirse del camino que a menudo les marca la sociedad y que conozcan las oportunidades que tienen en el sector de la artesanía y los trabajos cualificados. Entre estos proyectos se encuentran «Frauen im Handwerk: Fit für Führung und Digitalisierung» (Mujeres en trabajos técnicos: preparación para el liderazgo y la digitalización), promovido por el ItF Kassel (Instituto para la Formación de Mujeres en Tecnología de Kassel, Alemania) y financiado por el Ministerio alemán de Trabajo y Asuntos Sociales y el Fondo Social Europeo, e iniciativas como «FiT – Frauen in Handwerk und Technik» (Mujeres en trabajos manuales y técnicos), promovida por el Servicio Público de Empleo de Austria.

Nunca es tarde para volver a empezar

«Tanto si tienes 20 años como si tienes 50, hoy en día puedes cambiar de profesión en cualquier momento. Tenemos muchísimas opciones. Creo que, cuando llevas varios años trabajando en una profesión y te planteas cambiar a otra completamente diferente, lo que te suele echar para atrás es la comodidad. Muchos pensarán: otro año estudiando y teniendo que hacer un esfuerzo económico.

Pero, ¿cuál es la alternativa?
¿Trabajar toda la vida en un trabajo que no te llena?» Tatjana lo tiene claro: «Lo mejor es dedicar un tiempo a hacer una formación profesional que realmente te lleve al trabajo de tus sueños», y añade: «A veces tienes que salir de tu zona de confort». Sí, es un lugar bonito, pero allí no se crece».

Como se suele decir, hay que ver para creer. Por eso, Tatjana recomienda a las mujeres que crean que se les puede dar bien un trabajo manual. Si tienes la habilidad necesaria te vas a dar cuenta enseguida, sobre todo en el caso de la soldadura.

¿Qué nos depara el futuro?

Tatjana ha terminado hace poco su formación profesional en ingeniería mecánica y ahora trabaja como Técnica de Mantenimiento en una empresa de plásticos y espumas muy importante a nivel mundial. En el futuro le gustaría ser Jefa de Departamento o de Turnos. Además, también le gustaría sacar beneficio de su lado artístico. Sueña con poder vender sus obras de arte y está pensando en publicarlas en las redes sociales. Quién sabe, tal vez sea la próxima soldadora influencer. Laela Holden ya es un claro ejemplo de que se puede.

¿Te gustaría saber cómo les fue a otras mujeres en sus carreras como soldadoras? No te pierdas los artículos sobre las carreras profesionales de Laela Holden y Cinnamon Digan. ¡Esperamos que disfrutes leyendo sus historias!

Tal vez te guste

No hay comentarios

    Dejar un comentario


    El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.